Imagen de la cubierta de la novela "El hueco de la tristeza" y su autora Ana Rosa Díaz.

Ana Rosa Díaz Naranjo: El hueco es verdadero. La realidad cubana es un hueco

Escribir desde provincias, en un país tan centralizado culturalmente como Cuba (algunos se refieren al término «país habanocentrista»), es siempre difícil. ¿Qué retos enfrenta un escritor «de provincias» hoy mismo y en las nuevas circunstancias que atraviesa la isla?

Alguien dijo que la literatura es una sola. Coincido con esta aseveración. La literatura no tiene rostro. Es cierto, el tal Machismo existe, pero, en mi opinión, muchas colegas se lo toman muy a pecho. Sin ser feminista, (pues soy de las pocas que sí pienso que no somos iguales para nada) muchas escritoras han demostrado que la obra habla por sí misma. Ana Luz García, Lourdes González, Yasmín Sierra, María Matienzo, Carmen Hernández Peña, Ena Lucía Portela, Karla Suárez, Mariela Varona, Anna Lydia Vega Serova, Maribel Feliú, Marvelys Marrero, María Liliana Celorrio, Wendy Guerra, Mildre Hernández, Leani Vento, Niurkis Pérez, Evelyn Queipo, son una muestra potencial de mi apreciación. La literatura tiene voz propia. Es asexual.

 El hueco se lanza de cabeza contra los prejuicios sociales en dos esferas bastante polémicas: la familia y la religión. Lo curioso es que la tesis que parece defender la historia es que sólo el amor y la fe salvan… ¿Hasta qué punto es eso así en la novela y en qué punto difiere y coincide con la realidad cubana actual?

Independientemente de que el ser humano nace y en la medida que crece y desarrolla se apropia de una máscara protectora, en este archipiélago, ellas son más rudimentarias y diversas, más que máscaras son “caretas” (así de despectivas) con un importante papel en el tinglado de la escena actual. Las hay risueñas, de las que se la pasan elogiándote, adustas (todo les sale mal incluso morder al prójimo), dramáticas, (se hacen lxs locxs para ver qué entierro les hacen) conmovedoras (todo amor, y esconden los más espeluznantes secretos); en fin, tengo que reconocer que algunos cargamos varias máscaras y a veces, prescindimos de ellas por los amigos, aunque, como dice la Biblia, los lobos suelen disfrazarse de ovejas.
Pero como bien describe El hueco de la tristeza, hay muchos tipos de amigos, muchos tipos de familias, de matriarcado, de parafilias, al igual que circunstancias límites dentro de cada humano atropellado por el deterioro de una sociedad que se abisma en las diferencias y los aldeanos lo saben, el resto no mucho, he aquí las coincidencias. El hueco, es la gruta que escoge Gustavo, el protagonista de esta novela, para esconderse, pero “el hueco” es también la burbuja mental, su máscara. No encuentro puntos para diferir de la actualidad-realidad cubana. Todos los puntos confluyen en un hecho. El hueco es verdadero. La realidad cubana es un hueco. Estos sitios abandonados del campo cubano existen en verdad, así como la mayoría de sus personajes y situaciones. Así que: Cualquier semejanza con la realidad NO es pura coincidencia.

En tanto, Fe es sinónimo de esperanza. La religión forma parte de la fe, y la fe nace arraigada al ser humano, no se desprende un segundo de él, aunque sus acciones lo denieguen. Dijo Einstein: el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida. Y esto, sin conocerlo, mueve al protagonista de esta historia a lo largo de sus 302 páginas. Es también el ser humano movido por este sentimiento, que, al no poder controlarlo, cruza al otro extremo y toma tonalidades perversas en su empeño destructivo. El yin y el yan, la caja de Pandora, los polos opuestos, que también son endémicos del hombre.

 Ese enorme narrador y ser humano que fue Guillermo Vidal, al referirse a esa estética y temáticas singulares que lo caracterizaba, dijo en una entrevista que su narrativa era una especie de infiernos cotidianos múltiples, pues así de infernal era la vida cotidiana en una ciudad como Las Tunas que, decía él, tenía más de pueblo olvidado y perdido que de ciudad. Curiosamente ese espíritu se respira también en El hueco y se tiene esa sensación de sitio lejanísimo, olvidado por los hombres y por Dios. ¿Qué piensa Ana Rosa, el ser humano, sobre esa cruz de la que el personaje de El hueco y los demás personajes intentan escapar?

La complejidad del ser humano siempre nos hace escapar de algo, a algo, o de alguien, pueden ser intentos de escape fallidos, en algunos casos (la muerte). Guille fue un experto en conocer las interioridades del prójimo y tenía razón al hablar de nuestra desdeñada aldea. Muchos bromeamos (el cubano se ríe hasta de su mala suerte): Entre Holguín y Camagüey hay un puente, por aquí no pasan ni los ciclones, etc, son frases que consolidan el abandono de la aldehuela.  Es obvio respirar este sentimiento en El hueco, he respirado por cada poro de esta historia. Y así como los personajes cargan su cruz, yo cargo la mía, tan pesada y real como la de Gustavo.

 Finalmente, ¿nuevos proyectos de escritura?

Como dije antes, las palabras del Guille jamás salieron de mi cabeza, y aunque hago muchas cosas juntas, como ilustrar libros, diseñar y construir títeres, escenografías, actuar, dirigir actores, etc, escribir hace que mi cruz sea más liviana. Tengo tres novelas inéditas, una cuarta en proceso, entre varios libros de poesía y otros mimos que le doy a mi intelecto.

3 comentarios en “Ana Rosa Díaz Naranjo: El hueco es verdadero. La realidad cubana es un hueco”

  1. Solo la literatura ha propiciado que el nombre de Las Tunas sea incluído en el mapa de la vergüenza. El Cucalambe como poeta, Guillermo en la narrativa y nuestra querida Albita abriendo múltiples caminos.

  2. Excelente entrevista y excelente novela. Próspero Año y que la pidan muchos lectores, El hueco de la tristeza merece ser una novela que lean todos los que aman la alta literatura.

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