Los vientos de Rafael Vilches, por Edgardo Hinginio

El hombre descubrió los puntos cardinales y los nombró a derecha e izquierda, delante y detrás. El viento es natural y también de origen diverso. A veces el hombre por elementos geográficos cree saber de dónde sopla el viento, a veces lo ignora o lo desconoce. Pero Rafael Vilches Proenza, poeta de la vida, no ignora ni desconoce de dónde soplan los vientos de la existencia universal, mucho menos los suyos, los que le pertenecen y los que lo conmueven.

La patria real o soñada

La tierra donde se nace y que poco a poco, conforma la patria amada, con el bien de la alegría, la añoranza y la angustia esperanzadora, la naturaleza de los árboles y sus frutos de pertenencia; la familia, los amigos, los enemigos y todas las resoluciones casuales que arman nuestros gozos y pesares; la soledad voluntaria e impuesta que lacera;
la desesperanza y sus demonios con intelectuales referencias; la mujer amada que se identifica con la patria real o soñada por el ánimo; el río Cauto, patria pequeña, en equilibrio de significados con el país y el mundo. Éstos son algunos particulares vientos en el terrado de luz emocional y emancipadora que nos llega con la lectura de los poemas.

Al final la patria toda, de hebras pequeñas de su región y longitudes de su nación entera, es envuelta por los vientos arremolinados de la carne y los frágiles y atormentados del alma.

El viento ha soplado por tiempos sobre Rafael Vilches Proenza; vientos sin edades ni calmas surgen de sus manos en forma de poesía que define por justicia la palabra y reconforta su alma.

Sorprende el dominio con que las manos del poeta subyugan la naturaleza de los vientos para crear textos de orden tan preciso y de enunciados del idioma de nueva creación; vientos limpios, de música de aires y silencios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio